El nacimiento de Cristo se celebra en diversas partes del mundo con particulares costumbres y muestras de fe religiosa. Por el horario, mientras unos siguen preparándose para tan magna fecha, otros ya muestran su júbilo por la llegada del Niño Jesús.
Así, por ejemplo, uno de los primeros lugares en celebrar la llegada del 25 de diciembre fue Filipinas, que encendió las luces navideñas, una tradición que ya lleva 102 años e incluye artes plásticas, música y coreografía.
Una estrella de Belén de seis metros de diámetro e iluminada por más de ocho mil 600 bombillas de colores conectadas por cinco kilómetros de cableado, presentada por el barrio de Santa Lucía, ganó este año el festival del “parol” gigante (del español “farol”).
Durante siete minutos, mientras villancicos en inglés y en tagalo se suceden en la megafonía, las luces forman hipnóticos motivos psicodélicos que danzan al son de la música.
En tanto, en Belén (Cisjordania) los festejos comenzaron con un desfile de scouts, que tocaron sus tradicionales gaitas y tambores en medio de un clima tranquilo y una notable presencia de peregrinos y turistas, en número muy superior al de años anteriores.
Los ritos religiosos comenzaron por la tarde, en la Iglesia luterana, y siguieron en la basílica de la Navidad con la misa de gallo.
Compatriotas
Por otro lado, miles de peruanos residentes en el exterior, como en Australia, España y Japón, celebraron primero la Navidad que sus seres queridos en nuestro país, sin dejar de lado algunas costumbres de su patria.
Algunos celebran estas fiestas junto a sus familiares que los acompañan en esos países o de otros compatriotas que también salieron en busca de mejores oportunidades.
Pese a estar lejos del país que los vio nacer, nuestros connacionales decoraron sus viviendas o departamentos con árboles y luces incandescentes, que recrean la Navidad, así como adornos andinos que traen a la memoria el recuerdo de su Nación.
Otras costumbres que tampoco faltaron en la Nochebuena de los compatriotas, tanto en Japón como en Australia, fueron la tradicional cena y el emotivo abrazo entre los familiares y amigos presentes.
En algunos casos también se repitió la costumbre de cantar villancicos como Noche de paz, que tiene versiones en varios idiomas.
Además de los países mencionados, otros connacionales que habitan en Alemania e Italia, por ejemplo, festejaron la Navidad antes que en el Perú, por la diferencia horaria.
Condena
Mientras, el papa Benedicto XVI condenó en términos muy duros a los que siembran la violencia y la guerra en el mundo, al celebrar la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro de Roma, en medio de estrictas medidas de seguridad.
El Sumo Pontífice rogó por un mundo de “justicia, amor y paz”, rodeado por medidas de protección reforzadas tras la agresión de un año atrás por una desequilibrada.
“Señor, cumple por entero tu promesa. Quiebra las varas de los opresores. Quema las botas resonantes (de los soldados). Haz que termine el tiempo de las túnicas ensangrentadas”, dijo el Papa en su homilía ante miles de fieles congregados en la plaza del Vaticano.
“Te damos gracias por tu bondad, pero también te pedimos: Muestra tu poder. Erige en el mundo el dominio de tu verdad, de tu amor; el ‘reino de justicia, de amor y de paz’”, agregó.
El Papa ampliará su homilía hoy, día de Navidad, en su tradicional mensaje antes de la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), en el que habitualmente se refiere a los diversos conflictos mundiales.
Benedicto XVI señaló que “precisamente en la debilidad como niño” muestra “frente a los poderes presuntuosos del mundo, la fortaleza propia de Dios”.
“Este niño ha encendido en los hombres la luz de la bondad y les ha dado la fuerza de resistir a la tiranía del poder”, sostuvo el Papa.
Benedicto XVI pidió también que se establezca una “verdadera hermandad”: “Ayúdanos a reconocer tu rostro en el otro que me necesita, en los que sufren o están desamparados, en todos los hombres, y a vivir junto a ti como hermanos y hermanas, para convertirnos en una familia, tu familia”.
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