
El hotel obtuvo esta distinción por las medidas que se tomaron para hacer que en sus operaciones se realice un uso sostenible y adecuado de los recursos naturales.
El Tambo del Inka cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales y con un programa para disminuir el uso de agua y detergente que le permite a sus huéspedes elegir si quieren reutilizar sus sábanas y toallas durante su estadía.
Además, tiene un sistema de control de iluminación para uso eficiente de electricidad y todos sus equipos utilizan refrigerantes ecológicos.
Por otra parte, durante su construcción, se tomaron todas las precauciones para que los desperdicios no llegaran al río Vilcanota y causaran años al medio ambiente.
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