Londres. El alcohol es más peligroso que las drogas ilegales como la heroína y el crack -un derivado de la cocaína- de acuerdo con un nuevo estudio.
Expertos británicos evaluaron diversas sustancias, incluyendo el alcohol, la cocaína, la heroína, el éxtasis y la marihuana, clasificándolas en base a qué tan destructivas son para el individuo que las consume y para la sociedad en general.
Los investigadores analizaron qué tan adictiva es una droga y cómo daña al cuerpo humano y también incluyeron otros criterios, como el daño ambiental provocado por el narcótico, su papel en la desintegración familiar y sus costos económicos en cuidados médicos, servicios sociales y cárceles.
La heroína, el crack y la metanfetamina, o metanfetamina de cristal, son las más letales para los individuos. Al considerar sus efectos sociales más amplios, el alcohol, la heroína y el crack se ubicaron como los más mortales.
Sin embargo, en general, el alcohol superó en mortandad a todas las otras sustancias, seguido por la heroína y el crack. La marihuana, el éxtasis y el LSD se ubicaron mucho más abajo.
Los expertos dijeron que el alcohol se ubicó al frente de la tabla debido a la amplitud de su uso y a que tiene consecuencias devastadoras no sólo para los bebedores, sino también para los que los rodean.
“Solo piensen en lo que ocurre (con el alcohol) en cada partido de fútbol”, dijo Wim van den Brink, profesor de psiquiatría y adicciones en la Universidad de Amsterdam. No participó en el estudio, pero sí es coautor de un comentario publicado en Lancet al mismo tiempo.
Cuando se ingiere en exceso, el alcohol daña casi todos los sistemas de órganos. También está vinculado con índices más elevados de fallecimientos y con un mayor porcentaje de delitos que la mayoría de las otras drogas, incluyendo la heroína.
¿PROHIBIRLO?
A pesar de esa letalidad, los expertos dijeron que prohibirlo no sería práctico ni correcto. “No podemos volver a la época de la Prohibición”, dijo Leslie King, asesora del Centro Europeo de Monitoreo de las Drogas y una de las autoras del estudio. “El alcohol está demasiado incrustado en nuestra cultura y no se irá”.
King dijo que los países deberían dedicar sus esfuerzos a atender a los bebedores problemáticos y no a la gran mayoría de personas que toman un trago o dos. Consideró que los gobiernos deberían considerar aplicar más programas educativos e incrementar el precio del alcohol, de forma que no sea tan fácil adquirirlo.
Dijo que las consideraciones en torno a los impuestos y los ingresos, como los que recaban los sectores que producen el alcohol y el tabaco, pueden influir en las decisiones sobre qué sustancias regular o declarar prohibidas. “Las drogas que son legales causan tanto daño, si no es que más, que las que son ilícitas”, señaló van den Brink.
El estudio fue financiado por el Centro de Estudios sobre el Delito y la Justicia de Gran Bretaña y publicado en internet el lunes en la revista médica “Lancet”.
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