La Federación de Periodistas del Perú recuerda con dolor lo ocurrido con un puñado de dignos colegas en Uchuraccay, en 1983, y reafirma su rechazo a toda clase de violencia. Declara la necesidad, en su homenaje, de crear las condiciones propicias para la afirmación de la paz con justicia social para todos los peruanos.
La magnitud de tan alevoso crimen puso en el mapa del mundo el nombre de un ignoto pueblo ubicado en las alturas del Perú y desde entonces los periodistas comenzamos a morir de indignación y pena. Transcurren los años y seguimos muriendo, poco a poco, porque hay heridas que jamás cierran.
Los periodistas mártires de Uchuraccay, fueron las primeras víctimas de una etapa de violencia asesina, pero a la larga no fueron las únicas, porque decenas de periodistas perdieron la vida. Todavía esperamos justicia, pero la ofrenda de sus vidas dejó lecciones para hoy y marcó el rumbo para el futuro. A su paso, ellos dejaron estela y señalaron metas por alcanzar; pero ahora nos corresponde identificar las vías para lograr los mejores objetivos.
No podemos vivir anclados en el pasado sin asumir el riesgo de desviarnos de los grandes retos que impone la paz social, hacia la cual sólo se puede transitar con serenidad y grandeza.
En un país que aun afronta terrorismo, Uchuraccay, a la vez que un mal recuerdo, debe ser un gran faro de orientación y una lección para evitar que se reinvente y vuelva a destruir los hogares peruanos.
Lima, 26 de enero del 2011
Bernardino Rodríguez C.
Presidente
César Martín Barreda
Secretario Nacional de Defensa
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