Una trabajadora de limpieza de la Municipalidad de Surquillo fue quien encontró la terrorífica escena y llamó al 105. Los cuerpos de tres trabajadores municipales degollados con armas blancas yacían en medio de grandes charcos de sangre dentro del local de la municipalidad de ese distrito, ubicado en la cuadra 1 de la calle Manuel Irribarren.
El cadáver de Jesús Enrique Miranda García (21), quien se desempeñaba como sereno, se halló en la caseta de seguridad ubicada en la reja de entrada al local edilicio. Los otros dos, el de Claudio Martín Chávez Barrios (29), trabajador de mesa de partes, y el del vigilante municipal Fernando Ríos Tuesta (58) se encontraron en el salón principal. Según las primeras investigaciones policiales, al parecer fueron asesinados mientras dormían.
De acuerdo con el resultado preliminar de los protocolos de necropsia, los tres habrían fallecido tras un certero corte en la vena yugular, lo que hace suponer a la policía que se trata de asesinos con conocimiento en el uso de arma blanca. Miranda y Chávez tenían cortes en el rostro, mientras que Ríos presentaba contusiones, por lo que habrían despertado y tratado de defenderse antes de recibir el corte mortal.
LOS HECHOS
A eso de las 2:35 a.m, dos hombres con uniforme de serenos le pidieron usar el baño del municipio al sereno Humberto Luis Suárez Adrianzén (28), que cuidaba la puerta, el único sobreviviente de la masacre. Este los dejó pasar, lo que indicaría, según la policía, que los conocía. El primero en ser asesinado fue Miranda. Luego, ingresaron al salón principal y degollaron a Ríos y a Chávez.
Los peritos de la División de Criminalística revisaron la filmación que registró la cámara instalada en el frontis del concejo, la cual captó el ingreso y la posterior salida de los asesinos tras estar unos 40 minutos en el local municipal, tiempo suficiente para registrar las instalaciones. La PNP confirmó que la puerta del área de tesorería había sido forzada, pero que los delincuentes no llegaron a abrirla ni sustraer objetos de valor.
Las imágenes indican que los facinerosos no llevaban el rostro cubierto, por lo cual se trata de establecer un identikit de estos. Las investigaciones apuntan a que uno de ellos sería un ex sereno.
Antes de abandonar la escena del crimen, los delincuentes golpearon en la cabeza a Suárez. Sin embargo, el hecho de haberlos dejado entrar y que ellos le perdonaran la vida hace sospechar a los investigadores de que se trata de un cómplice de los homicidas.
Julissa Suárez, hermana de Humberto, declaró que él sobrevivió al ataque porque “pidió por su vida”. Al respecto, dijo que los delincuentes lo golpearon en la cabeza, en una zona donde él tuvo un tumor. “Lo querían matar, mi hermano se arrodilló, pidió por su vida. Lo golpearon y quedó inconsciente”, dijo a RPP.
LAS HIPÓTESIS
La policía maneja tres hipótesis sobre este caso. La primera indicaría que se trata de un intento de robo, pues en la caja fuerte de la tesorería se encontraba el dinero para el pago de planillas. La segunda, sugerida por el propio general Miguel Hidalgo, director general de la policía, señala que se trataría de una venganza contra el propio concejo, debido a un despido de aproximadamente 15 serenos, luego de que el alcalde Gustavo Sierra perdiera la reelección en los últimos comicios municipales.
Sin embargo, una tercera hipótesis habla de la existencia de una mafia de personal de seguridad que exige cupos a las autoridades de algunas municipalidades para evitar ser agredidas, al puro estilo del sector de construcción civil.
Sobre esta teoría, Gabriel Prado, asesor de seguridad ciudadana de la virtual alcaldesa de Lima, Susana Villarán, explicó que es necesario localizar e identificar a los miembros de estas mafias. “Es muy peligroso que la seguridad de la ciudad esté en manos de delincuentes”, añadió.
EL DATO
Alcalde no responde
El alcalde Gustavo Sierra no hizo declaraciones. Mediante un breve comunicado informó que el municipio asumiría todos los gastos de sepelio.
Por: César Sarria Gomí
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