El líder etnocacerista Antauro Humala Tasso, hermano del presidente Ollanta Humala, cumplirá una pena de 19 años de prisión por la muerte de cuatro policías y la toma de la comisaría de Andahuaylas, el 1 de enero del 2005.
Así lo definió ayer la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, luego de que el juez dirimente Jorge Santa María Morillo completó cuatro votos en este caso, al respaldar la posición de sus colegas, Duberly Rodríguez Tineo, José Neyra Flores y Jorge Calderón Castillo.
Los jueces Javier Villa Stein y Josué Pariona Pastrana, que planteaban disminuir la condena a Antauro Humala a 17 años de prisión, sin considerar el delito de secuestro, quedaron en minoría.
Así, los cuatro votos de la mayoría permitieron emitir la sentencia (puede revisarse en la página web del Poder Judicial). Este fallo es inapelable, al ser la Corte Suprema última instancia. El fallo concluyó señalando que Antauro es culpable de delitos de homicidio simple con dolo eventual, secuestro agravado, rebelión, sustracción de armas de fuego y daño agravado.
Al ser condenado por el delito de secuestro, el líder etnocacerista no puede acceder al indulto presidencial y recién podría postular a algún beneficio penitenciario, a partir de julio del año 2017.
Todo reo por el delito de secuestro solo puede acceder al 7 por 1, que supone redimir un día de pena por cada 7 días de trabajo o educación en prisión, pero luego de cumplir un mínimo de dos tercios de la condena, es decir, en este caso, más de 12 años y 6 meses de prisión.
Antauro se encuentra en prisión desde el 3 de enero del 2005, por lo que cumplirá la totalidad de su pena el 2 de enero del 2024.
18 años para ‘El centinela’
En el proceso también se definió la situación jurídica de Daniel Ludeña Loayza, autodenominado ‘El Centinela’, quien ahora debe cumplir una pena de 18 años de cárcel, del 23 de enero del 2005 hasta el 20 de enero del 2023 por rebelión y tentativa de homicidio calificado del suboficial PNP Luis Chávez Vasquez.
En tanto, Tito Palomino Almanza recibió una condena de 16 años, del 5 de enero del 2005 hasta el 4 de enero del 2021 por secuestro agravado y rebelión.
Ludeña fue absuelto del delito de secuestro de los 21 policías que fueron retenidos por la fuerza en la comisaría de Andahuaylas.
Palomino, además, enfrentará un nuevo juicio, esta vez por delito de daño agravado.
Reparación civil
Adicionalmente, el tribunal supremo estableció que Antauro, Ludeña y Palomino paguen 100 mil soles al Estado por los delitos de rebelión, daño agravado y sustracción de armas de fuego.
Además, Antauro y Palomino deberán cancelar 3 mil soles, en forma solidaria, a favor de cada uno de los 21 policías secuestrados. Adicionalmente, Humala debe pagar 280 mil soles a los deudos de los cuatro policías asesinados: Carlos Cahuana Pacheco, Luis Chávez Vásquez, Ricardo Rivera Fernández y Abelardo Cerrón Carbajal.
Inicialmente, una Sala Superior había condenado a Antauro Humala a 25 años de prisión, como autor mediato del asesinato de los cuatro policías, posición que la Suprema no respaldó y, por unanimidad, decidió disminuir dicha pena.
Acudirá a la Corte Interamericana
La abogada de Antauro Humala, Rosa Montero, se mostró en desacuerdo con el veredicto y anunció que acudirán a los tribunales internacionales. “Vamos a presentar un hábeas corpus para que se revise la sentencia, vía que nos permitirá acudir a tribunales internacionales, como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, anotó.
La defensa de Antauro rechaza la calificación jurídica de los delitos, pues considera que los hechos de Andahuaylas “solo constituyen delito de sedición” y que los policías “no fueron asesinados, ni secuestrados”. Para Antauro Humala, los policías fueron “abatidos en combate”, en tanto, que su retención en la comisaría sería, afirman, “manifestación del delito de sedición”.
Si no se hubieran alcanzado los cuatro votos que requería la sentencia, el tribunal hubiera tenido que convocar a un segundo juez dirimente y el caso seguiría sin sentencia definitiva.
La sentencia de la Corte Suprema subraya que la toma de la comisaría de Andahuaylas en el 2005 y el secuestro de los policías fueron planificados, y no espontáneos como asegura Antauro Humala, pues el éxito de la rebelión que él encabezaba requería privar de su libertad a las fuerzas del orden para poder cumplir sus objetivos.
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